Algunas organizaciones ascienden a sus mejores desarrolladores a gerentes sin que estos reciban una preparación o entrenamiento formal para poder desempeñar sus funciones, en muchos casos las empresas que toman este tipo de decisión encuentran en esta un desagradable error.
La persona que ha dedicado gran parte de su vida profesional a desarrollar habilidades para programar, se encuentra con que toda su experiencia previa no guarda relación con las nuevas responsabilidades que le van a exigir en su nuevo cargo. Disputas organizacionales, Timelines, gestión de equipos de trabajo, entre otras, son las situaciones que deberá resolver en su día a día. Para ello, la persona debe desarrollar nuevas habilidades como la negociación, comunicación y análisis, las cuáles le serán de utilidad para poder gestionar con éxito los problemas y situaciones empresariales que surjan.
Los ingenieros no utilizan ambigüedades para decir que algo está bien o está mal. En su trabajo diario utilizan métricas que sirven para medir los éxitos y los fracasos de los procesos, y así identificar fácilmente los fallos que han cometido. Pero además, los ingenieros suelen ser muy útiles en debates donde las conversaciones se tornan un poco gris, ya que suelen ser muy lógicos y tienden a utilizar esta lógica para cerrar debates que se han desviado de su objetivo inicial. Cosas como políticas internas de la empresa, reportes de producción sobre el retorno de la inversión y la gestión de recursos, son funciones completamente nuevas para estas personas.
Los grandes gerentes de software son profetas de costes bajo y resultados alcanzables
Es un gran salto el que tienen que dar los ingenieros para acostumbrarse a las tareas, estimaciones, ideas de marketing y comercialización que tiene el gerente de producto en mente. Estas nuevas tareas introducirán al ingeniero en su nuevo rol de gerente, ampliando así su visión del negocio y aprendiendo a mirar más allá de lo que se le solicita. Sin entrenamiento, la primera respuesta de un ingeniero «convertido» en gerente a diferentes solicitudes puede ser simplemente, «no».
Sin embargo, esta situación crítica, se convierte en una gran ventaja si el ingeniero es entrenado durante un par de días para sus nuevas responsabilidades. Al principio le será complicado el dejar el pensamiento más conceptual y dar paso a un pensamiento que vaya a favor del producto, pero a medida que su perfil gerencial se va desarrollando, se convierten en grandes gestores, ya que reconocen de forma rápida los errores y los costes que generan a la organización. Si además esto se une con un incremento en su capacidad de negociación y liderazgo, encontraremos que el antiguo programador, además de haberse convertido en gerente, se ha transformado también en un «coach» de los nuevos empleados que conforman su equipo, de modo que se rodeará de personas altamente capacitadas y formadas que trabajaran alineados con su metodología de trabajo.
…ahora también coach
El nuevo gerente, ha accedido a esta nueva posición por haber dominado con éxito la ingeniería de software, por toda su experiencia y por su pensamiento reflexivo a la hora de desarrollar y codificar un programa. Lo cual, no es nada sencillo, tomando en cuenta que el desarrollo de software es una industria dinámica y muy cambiante. En su nuevo rol, no renunciará a sus conocimientos técnicos, sino que aceptará que su equipo de trabajo es el que tiene las riendas del éxito en la codificación del producto, por lo que deberá desempeñar un papel de de guía que servirá de apoyo a las personas que están desarrollando la tecnología.
…no son robots
La capacidad para relacionarse, la empatía que pueda desarrollar con su equipo, es muy importante. Esto priori, parece sencillo, pero muchas veces no lo es, es común, que el nuevo gerente necesite tutorías para abrir su lado más humano y dejar un poco de lado su perfil más técnico.
Los empleados son personas que tienen familia, problemas de salud, problemas con otros empleados, frustraciones con su trayectoria personal o profesional, o tal vez algún resentimiento por el nombramiento del nuevo gerente. Por lo que, su papel debe ser conciliador, debe tomarse tiempo para conocer uno a uno a los miembros de su equipo, descubrir cuáles son las circunstancias y necesidades de cada uno. Sin embargo, también necesita tener claro cuáles son sus límites, qué debe y puede esperar de su equipo, pero sobretodo debe aprender a manejar las situaciones más complicadas.
Muchas veces el gerente puede que no tenga claro qué es lo que quieren sus supervisores, puede que esté involucrado en diferentes proyectos, que esté atravesando una crisis personal o de liderazgo en su equipo, puede que tenga apartar de su equipo a algún viejo amigo o que los timeline de entrega sean inmanejables, el nuevo gerente va a estar sometido a una gran presión y estrés, por lo que deberá adaptarse a su nueva vida y gestionar las situaciones adversas de la mejor forma posible.
Entrenamiento, formación y coaching, son aspectos que aportarán gran valor a la organización y al nuevo gerente, especialmente si este, posee un perfil muy técnico. El ingeniero debe desarrollar nuevas habilidades y adaptar las ya adquiridas a sus nuevas funciones, por lo que es importante que la organización apoye a su nuevo gerente con la formación adecuada para que puedan conseguir el éxito empresarial que desean.